Me he centrado en este tema por dos motivos, uno porque he sido acosada de pequeña en la escuela primaria por ser diferente, por ser extranjera en mi propio país: Argentina, esto me sucedió al regresar de Australia en el año 1979, cosa que a la inversa (cuando llegamos a Australia) mi integración con los alumnos se desarrolló de una manera diferente, porque los profesores (hace ya 30 años atrás), trabajaban la tolerancia y convivencia. A penas me integré al nuevo grupo designaron a dos alumnas como mis guías, involucrándolas en mi integración al grupo. Con esto quiero destacar la importancia de la labor docente en cuanto a evitar la violencia escolar. Pero más que docente, diría que institucional y hago este inciso porque un profesor no puede hacer nada sin respaldo de la comunidad educativa y el gobierno. Un claro ejemplo lo he vivido hace unos días en mi trabajo con un niño con déficit atencional que al igual que el resto de sus compañeros es golpeado por otro niño hiperactivo de su misma clase. ¿Cómo puede un docente trabajar con 26 alumnos de los cuales dos tienen problemas de aprendizajes?.
Segundo punto, aunque hay que trabajar sobre este tema y tomarlo con toda la seriedad, también hay que calmarse y no entrar en pánico porque el acoso escolar existió toda la vida, solo que antes se lo tomaba de otra manera, no se llamaba bullying ni mobbing, ni acoso escolar siquiera.
Flor
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